TODAS las emociones son necesarias. Son como una brújula interior que nos indica qué nos está pasando, son una respuesta ante un acontecimiento del medio y por ello, aunque sean desagradables o difíciles de sobrellevar, tienen su función.
Cómo controlar las emociones negativas
En general tendemos a clasificar las emociones como buenas y malas, cuando en realidad de lo que hablamos es de cómo nos hacen sentir. Las “malas” (tristeza, ira, envidia…) generan malestar y las “buenas” (alegría, esperanza…) nos hacen sentir bien.
Tiene que quedarnos claro que no son buenas o malas; son necesarias.
Sin el miedo podríamos morir por exponernos al peligro y no protegernos o defendernos, sin la tristeza no podríamos recuperarnos de la pérdida de un ser querido, o sin el enfado no defenderíamos nuestros derechos ante una situación injusta.
Una cuestión importante es qué conducta llevamos a cabo cuando experimentamos determinada emoción. Es decir, las emociones se sienten, no se pueden controlar, lo que sí podemos controlar es la conducta que llevamos a cabo cuando sentimos la emoción.
Por ejemplo, si alguien me insulta, lo esperado es sentir enfado. Ahora bien, si como me enfado golpeo a esa persona, entonces no es la emoción, sino la conducta lo que necesito modificar o cambiar para que no me perjudique, a mí o a otras personas.
Por eso se habla de controlar las emociones negativas, cuando en realidad estamos hablando de las conductas o de lo que hacemos cuando las sentimos. Por lo tanto, el objetivo no es controlarlas, sino poder expresarlas y manejarlas de una manera adecuada y que no nos perjudiquen.
Cómo controlar las emociones negativas en la adolescencia
Al igual que las personas adultas, en la adolescencia también se experimentan emociones desagradables o negativas. Y también es importante que aprendan a manejarlas. Una de las formas en que aprenden es por modelado, es decir, viendo cómo las personas adultas que les rodean afrontan sus emociones, qué hacen y cómo se comportan.
Una primera parte importante será normalizarlas, es decir, las emociones negativas son necesarias, y las vamos a experimentar, así que podemos empezar por hablar de ello, expresarlas cuando nos sentimos así, ponerles nombre “estoy enfadado, triste, tengo miedo”, y de esta forma validamos las suyas, les mostramos que a veces nos sentimos así.
El paso siguiente tiene que ver con la conducta, con cómo expresamos esas emociones o qué hacemos cuando las tenemos. Si manejamos de manera adecuada las nuestras les enseñamos a hacerlo. Si cada vez que me enfado doy un portazo o grito, les estoy enseñando a hacerlo. Recordarles que el sentir una emoción no da derecho a hacer daño a otras personas o a mí mismo.
Cómo controlar las emociones negativas: un recurso
Experimentar emociones negativas es desagradable y sobre todo si son muy intensas. Por eso podemos aprender a “surfearlas” como si fueran una ola, porque son demasiado intensas y necesitamos bajar esa intensidad tan desagradable.
Desde PSIMEBI te recomendamos utilizar lo que denominamos “botiquín emocional”.
Es un recurso para cuando te desborde una emoción desagradable (ira, miedo, tristeza), cuando es demasiado intensa. Consiste en tener un lugar tranquilo al que poder acudir en esos momentos y poder estar a solas. En este lugar tendremos una caja o una cesta donde recopilar diferentes objetos que tengan que ver con los cinco sentidos y que sean agradables para ti: para oler un pañuelo con perfume, una vela con aroma; para tocar una pelota antiestrés, un masajeador de cabeza, un cojín que poder abrazar; para ver unas fotos de momentos felices; para saborear un caramelo o una infusión que te guste; para escuchar una lista de canciones que te animen o un audio de un momento feliz…
Acude a la caja cuando sientas que la emoción te desborda. Personaliza tu botiquín emocional con objetos que se te ocurran y recurre a él para bajar la intensidad de la emoción.
Recuerda que es un botiquín de “urgencia”, como una tirita o una pastilla para el dolor de cabeza. Si el corte fuera muy grande o el dolor se mantuviera en el tiempo habría que pedir ayuda profesional. Además, el objetivo no es controlarlas, sino poder expresarlas y manejarlas de una manera adecuada y que no nos perjudiquen.
¿Necesitas ayuda profesional para gestionar tus emociones? En el centro de psicología Psimebi en Bilbao podemos ayudarte.